Estimados vecinos. En
primer lugar transmitiros a todos un cordial saludo así como el
deseo de que todos paséis unas muy felices fiestas. Este tipo de
acontecimientos son siempre bienvenidos, pero más si cabe en los
tiempos que corren.
Durante los últimos
meses hemos podido constatar como el gobierno del PP ha profundizado
en todas aquellas medidas de carácter claramente antisocial que ya
había iniciado el gobierno anterior del partido socialista. Citemos
por ejemplo las reformas laborales, la primera del PSOE y luego la
que ha llevado a cabo el PP. Ambas son sin duda lesivas para los
trabajadores. No han creado ningún empleo, en cambio si han
contribuido a que nuestra tasa de paro se incremente de manera
exponencial hasta alcanzar cifras entorno al 24% y con previsión de
subida a partir de septiembre. Amén de contribuir a una mayor
precarización del trabajo y a un recorte sustancial de todos
aquellos derechos laborales que se habían venido consiguiendo desde
los años 60, merced a la reivindicación obrera.
No ha sido solo eso, que
no es poco. Pensemos en los recortes en educación, pensemos sobre
todo en la sanidad.
Las tasas académicas de
la universidad se incrementan, las becas disminuyen. Teniendo en
cuenta el empobrecimiento paulatino de nuestra población, motivado
este por el aumento desproporcionado del paro así como por la
disminución progresiva de los salarios, no es muy difícil prever un
futuro en el que solo unos pocos privilegiados con elevados recursos
podrán estudiar, mientras que una mayoría social será excluida de
la misma. También es cierto, que alguno podría objetarme, que para
qué quiere nuestra juventud estudiar. Habida cuenta de que la
generación mejor preparada de nuestra historia, una vez finalizados
sus estudios, se ve arrojada al paro o a la emigración en busca de
un futuro laboral que aquí no hay. Ya sabéis eso que se dice de las
tres salidas profesionales, por tierra, por mar y por aire.
Si el futuro es pesimista
en cuanto a educación, no resulta más halagüeño en el caso de la
sanidad. Pensemos en que los recortes en esta materia ponen en grave
peligro la vida del común de los ciudadanos. Puede que alguien me
acuse de hacer demagogia o de exagerar, pero seamos honestos en esta
cuestión. ¿Acaso el tiempo no es valioso en medicina? Pensemos por
ejemplo en las listas de espera para las operaciones. ¿No era
nuestro objetivo reducirlas? Pensemos en los tratamientos contra
distintas enfermedades como puede ser el cáncer ¿No es necesario la
rapidez en su tratamiento? Vayamos incluso a caso “menos extremos”
¿Es justo hacer pagar las medicinas a millones de ancianos con
escasas rentas (pensiones no contributivas, viudedad....)? Pensemos
en aquellos medicamentos que ya no serán pagados a cuenta de la
seguridad social (si alguien mira la lista se encontrará con que en
ella entran los medicamentos más comunes y por tanto los más usados
por todos).
¡Claro! Los señores que
ahora mismo gobiernan dirían: “que lo sienten mucho, pero que no
se puede gastar más de aquello que se ingresa”, “que hemos
vivido por encima de nuestras posibilidades”, “que ahora toca
apretarse el cinturón”... Toda esta fraseología inmunda con la
que nos inundan los medios de comunicación sirve para que aceptemos
con estoicismo y resignación la inevitabilidad de los “justos”
recortes. Aparte de que nos culpabilicemos y hagamos crítica de
aquello de lo que no somos responsables. En cambio los culpables
sigue por ahí sueltos. ¿Y quienes son los culpables? Son los bancos
que son rescatados con dinero público, y detrás de esas entidades
llamadas bancos hay gente de carne y hueso, como detrás de los
mercados. Son los grandes empresarios de este país, los que nos
dicen que hay que trabajar más, que piden rebajar los salarios, que
no reparten sus beneficios con el pueblo sino que lo encima lo llevan
a paraísos fiscales para no pagar impuestos aquí. Impuestos para
pagar la sanidad, la educación, las pensiones...
En Estados Unidos durante
la gran depresión se exigió que los grandes fortunas tributaran al
90 % (sobra decir que el presidente Roosevelt no era comunista). Aquí
tributan al 1 %.
Solucionar esto es un
problema de voluntad política. Los actuales dirigentes no lo van a
hacer porque al fín y al cabo ellos también están metidos en el
ajo. Pensad en la composición de los consejos de administración de
Endesa y Gas Natural por citar dos ejemplos. Ahí Tenéis a dos
flamantes ex-presidentes del gobierno y además de los dos grandes
partidos.
Mientras tanto (es decir
mientras nos chupan la sangre todos los días) se nos pide paciencia
y se nos entretiene con algunos éxitos deportivos (la roja ganando
la eurocopa), medallas en los juegos olímpicos...en fín, panem et
circenses que decían en la antigua roma. Pan y circo pero sin pan.
Se nos pide también que
seamos patriotas, en la nueva definición de patriotismo no solo
entra aceptar los recortes, entra también indignarse cuando Repsol
es expropiada por el gobierno argentino. Repsol que al principio fue
una compañía pública esta hoy en manos privadas y si analizamos la
composición de su accionariado veremos que a día de hoy está en su
mayoría en manos extranjeras. Al lado de la sanidad, la educación,
el trabajo ¿Qué nos importa Repsol?
El buen patriota tiene
también que alegrarse de que Amancio Ortega sea ya el 3º hombre más
rico de mundo. Siempre nos ponen ejemplos así de hombres hechos así
mismos y tal cual y buenos empresarios y tal y cual y que fue muy
listo y antes de la crisis llevó la producción a Asia y … En fín,
lamentable.
Esos hombres no se han
hecho así mismos, se han hecho a base del esfuerzo y del trabajo de
los demás. Han conseguido sus fortunas explotando a los trabajadores
primero de aquí y luego de allá. Mueven sus fábricas a
conveniencia en función de en que país les salga más barato
producir. Cuando más bajos sean los salarios que deban de pagar a
sus trabajadores y más precarias sean las condiciones de estos tanto
mejor para ellos. Eso mismo es lo que pretenden conseguir aquí mismo
en nuestro propio país. Bajan nuestros salarios, recortan nuestros
derechos, sus medios de comunicación nos venden humo para que no
podamos ver su mierda y encima dicen que trabajamos poco. Ojalá haya
un día en que la explotación del hombre por el hombre sea sólo un
mero recuerdo, un mero mal recuerdo.
Habrá quien diga: que
sí, está bien lo que dices pero no nos defines el camino para
acabar con eso que denuncias. Otros dirán que muy mal y que estoy
loco o... El camino ya sabéis cual es, lo sabéis muy bien. No es
quedarse en casa, no es arreglar las cosas del mundo entorno a una
mesa. Es movilizarse. Es luchar.
Los derechos no se
consiguen se conquistan. Si conseguimos que una mayoría social
entienda que los derechos no nos fueron regalados ni otorgados, sino
que fueron conquistados mediante el esfuerzo y lucha, ya habremos
conseguido algo. La gente debe de ser consciente de la existencia de
la lucha de clases, no solo hace ciento y pico años sino también en
la actualidad. En el momento en que el pueblo sepa eso se podrá
cambiar toda esta realidad grisácea que va camino de ser más
oscura.
Sin nada más que decir,
os deseo a todos unas felices fiestas del Ecce-Homo.
René Coviella Cueto Sec. Político del PCA de Noreña