Desde la Organización
local del PCA en Noreña y desde nuestro grupo municipal, Frente de
la Izquierda, denunciamos la expulsión del Pleno del Ayuntamiento de
nuestro portavoz y único concejal, Javier López.
Como muchos ya
seguramente sabéis nuestro representante fue expulsado por el único
“delito” de mostrar una pequeña bandera republicana. Bandera que
se encontraba situada en su zona de la mesa, colocada entre sus
enseres personales.
El Alcalde ha alegado, en
diversas ocasiones, que esa bandera no es legal y que la actual Ley
de Banderas establece la obligación de que el salón plenario esté
presidido por la bandera rojigualda, que es la oficial del Estado
según la Constitución de 1978, la de Asturias y la del concejo de
Noreña. Sobra decir que la citada ley no menciona, en ningún caso, el hecho de que no puedan estar presentes otras banderas distintas a
las antes citadas. Entendemos que lo que no es expresamente ilegal es
legal y no entendemos la actitud irracional, a la par que
autoritaria, del Alcalde de Noreña, que se empeña en repetir, una y
otra vez, que es él quien preside el Pleno y que es él quién
determina si esa bandera puede o no puede estar allí, arrojándose
una legitimidad que no le corresponde.
El pasado jueves, César
Movilla, superó todas las expectativas y ante la negativa de nuestro
concejal a retirar la bandera, ordenó la expulsión del mismo del
Pleno, a la par que envió a buscar a un agente de la Policía Local
para que este retirase la bandera.
Cuando el Alcalde expulsó
a nuestro representante en el Ayuntamiento, no estaba expulsando solo
a una persona, sino que estaba conculcando dos derechos
fundamentales: el derecho a la libertad de expresión y el derecho de
representación.
Este conflicto de la
bandera tiene tres dimensiones. Una dimensión política, una
dimensión jurídica y una tercera dimensión que vendría a ser
histórica.
Tiene una dimensión
política porque, entre otras cosas, el Sr. Alcalde ha mostrado que
la opción republicana, como forma de articular el Estado, no es de
su gusto. También porque queda al descubierta la hipocresía del
PSOE en este tipo de temas. Hacen un discurso “progre” para luego
alinearse con las opciones más conservadoras, manteniendo un curiosa
indefinición, en la que su Organización juvenil reivindica valores
republicanos, pero donde el “partido de los mayores” sigue
apostando decididamente por mantener un estado monárquico con un Rey
que fue puesto a dedo por el dictador Franco, asesino, por cierto, de
miles de honestos militantes y simpatizantes socialistas.
El actual marco
constitucional, que nació en aquella nada modélica Transición,
está acabado, condenado por la historia. A lo mejor harán falta,
cinco, diez o tal vez veinte años, pero el régimen del 78 está
irremediablemente muerto, porque no es capaz de salir de sus propias
contradicciones. Aquella Constitución es, hoy en día, más papel
mojado que otra cosa. En su momento, ese texto contenía algunos
aspectos formales y derechos que en esa época pudieron ser
considerados un avance, pero a día de hoy, ese marco se ha
desbordado y tiene los días contados.
La Constitución decía
que los españoles teníamos derecho a una vivienda pero vienen los
bancos y nos echan, decía que teníamos derecho a un trabajo –
entonces entendíamos que digno – pero tenemos seis millones de
personas en paro, hablaba de la posibilidad de que los diversos
territorios del Estado tuviesen autonomía, pero resulta que a unos
no les vale por ser eso poco y a otros por ser excesivo.
Frente a esta situación
es necesario tomar partido, o estar con el régimen del 78, o
posicionarse a favor de una salida, y para nosotros, la salida
razonable es un proceso constituyente en el que se empiecen a
construir los cimientos de una nueva Organización Estatal. Ese nuevo
estado tiene que tener por forma la República, y tiene que poner
necesariamente la economía al servicio del Hombre y no el Hombre al
servicio de la economía. Tendrá también que estar basado en
valores socialistas porque sólo de esa manera conseguiremos cumplir
la máxima de: “de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”.
Entendemos que al Señor
Movilla y al PSOE pueda no gustarles lo que pensamos pero lo que nos
parece vergonzoso es la manera en la que uds. han intentado cerrarnos
la boca, expulsando a nuestro representante en el Ayuntamiento de
Noreña. Un representante que está ahí porque así fue elegido por
el pueblo de Noreña, pues 307 noreñenses confiaron en nosotros. El
señor Movilla no tiene ningún derecho a pervertir la voluntad
popular. César Movilla es el Alcalde y a él le corresponde dirigir el
buen funcionamiento del Ayuntamiento de Noreña, pero su poder no es
omnímodo ni puede ser arbitrario.
Este conflicto tiene una
dimensión jurídica porque el Sr. Alcalde esgrimió, para echar a Javier argumentos jurídicos que no existen, a la par que
conculcó sus derechos. Es por ese motivo que este asunto va a acabar
en los Tribunales.
Tiene una dimensión
histórica, porque esa bandera, que es el símbolo de todos los que
nos consideramos republicanos, fue antaño una bandera
constitucional, la bandera de la II República. República que nos
fue arrebatada mediante una cruenta guerra civil en la que murieron
centenares de miles de españoles y en la que muchos de los caídos
era militantes o simpatizantes del Partido Socialista Obrero Español,
fundado en 1876 por Pablo Iglesias y pervertido por individuos como
el Señor Movilla que tienen más relación – al menos en sus
formas de gobernar – con los que se alzaron que con los que
defendieron la legalidad Republicana.
¿Qué piensan de todo
esto los simpatizantes del PSOE que hoy en día se consideran
Republicanos? Se les revolverá el estómago de tener un compañero
de partido como ud. ¿Qué piensan en otros municipios de Asturias en
los que su fuerza política gobierna? En Langreo – dónde gobiernan
sus compañeros de partido – hay – o había hasta hace poco –
una bandera de la República colgada de un ventanal. ¿Qué piensan
en Parres? Dónde sus compañeros votaron a favor de incluir ese
municipio en la red de municipios por la III República. ¿Qué
piensa la Juventud Socialista? Que al menos sobre el papel se declara
republicana y cuyo Secretario General es concejal en Noreña. ¿Qué
piensa ud. mismo sobre el recuerdo que va a dejar en este municipio?
Un recuerdo que sólo estará teñido de incompetencia, prepotencia,
victimismo y nula capacidad para ejercer el cargo para el que ud. fue
elegido, el cargo de Alcalde de Noreña.
PCA de Noreña